Estas luces les ayudan a olvidarse del miedo a la oscuridad. La luz que reflejan nuestras lamparitas es tenue, suave y poco molesta, para generar una sensación de calma y bienestar al niño, ya que aportan una pequeña iluminación al dormitorio sin necesidad de dejar encendidas otras lámparas de mayor intensidad y gasto. En efecto, numerosos estudios demuestran que se necesita una cierta oscuridad para que se comience a segregar melatonina, la hormona del sueño, el cuerpo comience a prepararse para dormir y alcance un descanso profundo y óptimo. Dormir con luz artificial e intensa perjudica este proceso. Sin embargo, una luz de compañía, que no llegue a iluminar la habitación, pero sí acompañe al niño, creará el ambiente perfecto para favorecer el sueño reparador. Además, la luz de compañía, también es útil para los padres a la hora de ver al bebé sin necesidad de encender ninguna luz más.